Selena Soler, abandonada por sus padres y ahogada en deudas, hereda solo un pequeño supermercado. Justo cuando los cobradores la acorralan, un misterioso general antiguo aparece y, con dos lingotes de oro, vacía la tienda. Detrás de la puerta trasera se esconde el imperio de Ninx, donde el Marqués de la Paz, Xavier Juárez, lucha contra el hambre y el asedio de los hunos. Entre intrigas, rescates y fortunas inesperadas, Selena descubre que su destino apenas comienza…

Cansado de un Mundo Celestial sin mujeres, el Emperador Inmortal Valentino explota al saber que en el mundo mortal, la Secta Sin Sentimientos mata esposas para alcanzar la iluminación, dejando a las mujeres sin chance de ascender. Indignado, decide bajar como un simple discípulo para “corregir la secta”. Pero la verdad es… que escuchó que ahí ¡les dan esposa a los discípulos!

Gustavo Silva se había retirado del mundo ilegal hacía años. La trágica muerte de su hija pareció un accidente, hasta que un mensaje sin leer en su celular lo hizo dudar. En silencio, comenzó a mover las piezas de una nueva partida, decidido a descubrir la verdad. Al seguir las pistas, se enfrentó a una conspiración que también había estado detrás de la muerte de su esposa.

Gabriel, como exlíder criminal de Nigrorex, dejó el hampa tras perder a su familia. Ahora, debe volver para salvar a su exesposa e hija en peligro.

Sandra luchó en la batalla en lugar de su padre y fue nombrada Gran General. El emperador quiso concederle un matrimonio, pero ella reveló su identidad femenina. Renunció a su título y regresó a su hogar. Para compensarla, el emperador nombró a su prometido, David. Sin embargo, se casó con Lisa, quien fingía ser la hermana del general. Cuando el reino vuelve a caer en el caos, el canciller Alberto la trajo de vuelta. Al final, los dos alcanzaron sus ideales y se quedaron juntos.

David Fernández, un discípulo del Monte Jade, es un genio del cultivo. Después de veinte años de entrenamiento, alcanza el Reino Celestial. Su maestro, Alonso García, ya no tiene nada más que enseñarle, así que lo engaña diciéndole que no tiene raíces espirituales y que su progreso es nulo, expulsándolo de la montaña. Al bajar, David se encuentra con el líder del Clan Fernández, Alejandro Fernández, quien ha sido emboscado y tiene una barra de acero atravesando su cabeza. Su vida pende de un hilo y ni siquiera los tres médicos más hábiles pueden salvarlo. Su hija, Luisa Fernández, está desesperada.