Gustavo Silva se había retirado del mundo ilegal hacía años. La trágica muerte de su hija pareció un accidente, hasta que un mensaje sin leer en su celular lo hizo dudar. En silencio, comenzó a mover las piezas de una nueva partida, decidido a descubrir la verdad. Al seguir las pistas, se enfrentó a una conspiración que también había estado detrás de la muerte de su esposa.