Estela López, una estudiante brillante de las Provincias Ribereñas, fue reconocida por los Ponce de la Capital, pero la trataron con desprecio. Estela se enfocó en estudiar, ingresó a las mejores universidades, expuso la verdadera naturaleza de la hija adoptiva y, cuando los Ponce se arrepintieron, ella cortó lazos y comenzó una nueva vida.

Una chica es capturada por sus compañeros para usarla como blanco móvil. La persiguen con arcos y lechas, pero accidentalmente le disparan en el pecho. La chica manipuladora, temiendo asumir la responsabilidad, la lleva y la entierra, sin saber que la hermana gemela de la víctima ya está en su búsqueda. La hermana mayor se venga, haciendo que quienes lastimaron a su hermana paguen por lo que hicieron.

Valeria obtuvo puntuación perfecta en los exámenes, pero su prima Diana la encerró en una cámara frigorífica tras difamarle. Rescatada por la policía, sus padres, quienes celebraban el cumpleaños de Diana, bloquearon la ambulancia. Donantes de sangre la ayudaron a llegar al examen donde obtuvo el primer puesto nacional. En el banquete de celebración, expuso las mentiras de Diana y el fingimiento de muerte de sus padres. Estos se arrodillaron pidiendo perdón, pero fueron rechazados. La familia de Diana acabó en prisión.

La estudiante transferida Elisa Quintana, después de escuchar comentarios de que Miguel Solano es más guapo que Rodrigo Valdez, intencionalmente lo maltrata y le pide hacer recados, pero luego comienza a ayudarlo en secreto. Los dos se separan debido a malentendidos y una falsa muerte, pero cinco años después se reencuentran. Finalmente, los amantes están destinados a estar juntos.

Amar en secreto a Sergio la hizo renunciar a su cómic y ser otra. Al liberarse, Lola redescubre su arte y el amor silencioso de Camilo.

Los tres años de secundaria dejaron muchos arrepentimientos en Marta, hasta que en el último apareció él: un chico rebelde que lo cambió todo. Acordaron reglas estrictas, pero Carlos las fue rompiendo una a una, acercándose sin que ella pudiera evitarlo. Incluso salió bajo la lluvia solo para comprarle su tarta de frambuesa favorita. Al final, Marta ya no temía a los perros… ni a él.