Silvia se casó con José hace seis años y se llevaban como si ella fuera su ama de casa. Hacía lo que le mandara y no tenía su propia vida. José quería echarla por la vuelta de María. Al final, Silvia decidió divorciarse. Cuando volvieron a verse, ella se ha convertido en una comerciante con actitud. En este momento, José, el jefe del Grupo Flores, ya no merece estar con ella.