Cuando Yolanda intentó impedir que su hija Elena se fugara con un delincuente, provocó su odio. En su lecho de muerte, Elena le quitó el oxígeno. Ambas regresaron a vivir. Decepcionada, Yolanda rompió todo vínculo con ella y apoyó a su sobrina Elisa, quien brilló en un concurso y alcanzó la fama. Elena, tras caer en la miseria, vio la verdad y pidió perdón. El destino les ofreció una nueva oportunidad.