Melina Navarro se rompió la pierna izquierda al salvar a Dante Cortés, pero él la malinterpretó y la sometió a crueles torturas. Con la ayuda de Fausto Escobar, Melina contraatacó. Cuando Dante finalmente entendió la verdad, ya era demasiado tarde: Melina y Fausto terminaron juntos, mientras él vivió solo con remordimientos.