Sandra Contreras y su madre trabajaron arduamente para pagar la deuda de un millón de su hijo adoptivo Valentín Soler. La madre enfermó debido al exceso de trabajo, mientras que Valentín malgastaba desenfrenadamente el dinero que ellas ganaban con tanto esfuerzo. Tras la muerte de la madre, Sandra descubrió que la deuda de un millón de Valentín era en realidad una mentira inventada para ponerla a prueba. Justo cuando su padre biológico, el hombre más rico, regresó, Sandra Contreras decidió vengarse.

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